COCINA-COMEDOR

Reiko estaba acostumbrada a que nadie la esperase en casa, siempre se habia manejado sola y a veces tendia a perderse en el tiempo cuando salia de ella.

Al salir de la reserva tomo el camino de siempre, pasando por algunas casas alejadas de personas que no podían ir a la salita ya que eran muy ancianas o tenían alguna incapacidad y en vez de regresar a su casa a las 5 de la tarde, llego a las diez. Antes de eso, su celular sonó muchas veces, ella respondió una de parte de Casper quien le preguntaba si todo marchaba bien. - Así es, estoy regresando y me aventure a visitar a algunos pacientes, ya queestaba por aqui. ¿Cómo sigue su pie?... ¿signos de fractura?... "puede ser"... Hazme una video llamada, quiero ver Ella colgó la llamada y espero. - Buenas noches, ¿como te sientes?... dejame ver su pie... perfecto, por el momento no lo muevas hasta que regrese. volvio a colgar y siguio su camino.

Bajo de su scooter, el frió era tan helado a esa hora, que sus mejillas estaban rosadas al igual que la punta de su nariz. Saco sus cosas del maletero y guardo su casco en su lugar.

Cada vez que entraba a su cada la encontraba fría y con las luces apagadas pero esta vez fue todo lo contrario, al entrar la casa estaba cálida, las luces encendidas y las voces de Hang Ah y Casper se escuchaban dentro; Aquello la hizo sentir tan feliz que asomo una sonrisa en sus labios.
- Buenas noches. Dijo a los invitados mientras caminaba hacia la cocina atraida por el olor de algo cocinándose.

Reiko se quito la chaqueta de invierno que traia puesta y la dejo en el respaldo del pequeño sofa y sin esperar más, pues ya habian pasado demasiadas horas conecto el escaner a la corriente. - Veamos como te encuentras.Cambio la pelicula por una nueva y encendió el portatil, luego de cuadrar bien fue tomando imagenes de toda su pierna y se la mostraba a Hang Ah ya que era doctora y aparte de eso, Reiko no estaba segura como eran los huesos de los terraquios. - Creo que solo necesitas un vendaje por unos días. Le comento sonriendo.

Luego de guardar el equipo y ponerlo en un lugar seguro, fue al baño, luego a su dormitorio y finalmente regreso con los presentes.
- Veo que te las arreglas bien en la cocina. Le comenta a Casper mirando sin tocar nada más por respeto que desinterés. - ¿Deseas ayuda con algo? ah... en la salita tenemos muletas, mañana traeré un par, de esa manera podras moverte sin depender de Brummell. Ya que tambien, el guardian debia ir a trabajar o su hermana comenzaria a preguntar y no estaba segura aun de contarle la situacion, ya tenia muchos problemas en su mente para agregarle otro más.

Le lanzo una mirada asesina cuando esta menciono que era inquieta.- Ojo.- señorita Hang Ah, debe hacer caso a su propio diagnostico.Le dijo con una sonrisa resignada, le habia recordado tanto a la señora Clow que por poco le decia "Ojosamma"

Finalmente, todos sentados a la mesa Reiko tomo la cuchara y escarbo en el plato buscando alguna cosa que no le gustase para luego llevarse un bocado y degustarlo, miro a Hang Ah que decia estar bien para ella.  - Digamos que para ser un hombre que se pasa el día fuera de casa... tiene gusto agradable y sobre todo nutritiva... sobretodo el caldo. Muchas gracias, Brummell, por cocinar esta noche. Le comento sonriendo.

Reiko notó que Hang Ah ya no lo trataba de usted esto le prendió una lamparita de alguna manera.
Luego de cenar ella preparo té para los tres, cada vez que lo hacia, se le venian a la mente recuerdos, situaciones, agradables y otras no tanto, pero trato de no pensar en ello.

-  Veo que se acercaron bastante durante mi ausencia. Decía con una sonrisa de picardia en su rostro mientras bebia de la taza- ¿Me pregunto si fue la ducha que los acerco? Reiko encontro que le era divertido molestar de esa manera a las personas, porque podia notar el cambio en sus rostros y seguir aprendiendo.

En plena noche, mientras el pequeño grupo tomaba té y reía alguien afuera de su casa comenzó a gritar. Reiko, que conocia bien el timbre de aquella voz aunque ahora sonaba algo desparramada abrio los ojos de par en par quedando petrificada en su asiento con su corazón latiendo a mil por hora, hasta que este grito "Te amo" y Hang Ah lo nombraba como super Junior o algo así, Reiko bajo su taza apoyándola en la mesa y se puso de pie cuando este comenzó a cantar, pensando primero en que los gritos atraería gente, luego pensando en si era para ella el tema.

Echo un vistazo a través de la ventana y cerro los ojos, en verdad estaba alli afuera, miro a los invitados apoyando una mano en su pecho.- Disculpen... Esta abrío la puerta y se acerco al doctor Kyuhyun que cantaba a todo pulmón en la vereda. - Sensei... Lo tomo del brazo sin darse cuenta que estaba sonriendo y estaba roja como un tomate. tampoco se percato que lo habia llamado como hace mucho tiempo atras.
-  Su canción es hermosa, pero ahora entremos ¿Si?. Sinceramente, en ese momento Reiko estaba descolocada, pues nunca le habia ocurrido algo así, si, él habia cantado en una ocacion, bajo una farola, lo recordaba porque era él quien lo habia echo, y porque fue la primera vez que ella derramo lagrimas.
Paso su brazo por la espalda del doctor y comenzó a caminar hacia el interior mientras este seguia cantando, Reiko tuvo que cerrar los ojos varias veces y tragar saliva varias veces para no colapsar en ese instante pues sentia que su corazón se derretia por dentro.

Desde que ingreso a su casa, se avalanzó hacia la señorita Hang Ah, dijo esas cosas, lo redujeron y finalmente quedo dormido en el sofa, Reiko no habia pronunciado palabra, estaba pensando.

Pensaba en que tan solitario se habria sentido para dejarse arrastrar por el alcohol, pensaba en la canción que le habia dedicado, en ese "te amo"
Pensaba en que decirle si recordaba a la joven de Terra... todos estos pensamientos no la dejarian dormir, por lo que subió las escaleras y abriendo la puerta para decirle a la joven, que durmiese en su cama y de esa manera Brummell podria descansar mejor en donde estaba, pero se detuvo, pues la imagen que veia de alguna manera la hacia feliz, ambos se encontraban durmiendo, con Hang Ah apoyada sobre Brummell. No los interrumpiria, por lo tanto cerro la puerta tras de si y bajo nuevamente, sentándose en una silla, esperando y pensando.

A las 4 de la madrugada se abría la tienda para comerciantes, productos frescos y de buena calidad. Tomo las llaves, dinero y abrio la puerta haciendo el menor ruido que nadie notaria nunca que se habia marchado.

Tardo exactamente una hora, pensaba en la resaca del doctor, compro rabanos, hongos, carne de res, y varias cosas mas para prepararle una comida que se la quitaria sin dudarlo. Penso en que, como el habia vivido mucho tiempo en el norte, estaria acostumbrado a la comida de alli, por lo que se encargaria de hacerle una receta de ese lugar.

Al regresar a casa, abrio la puerta y cerro los ojos al recordar que esta se mantenia calida por las visitas, eso la hizo sonreir.

Comenzó la preparacion, por suerte no duraba tanto tiempo, preparando el caldo partiendo las verduras, cortando las algas y los hongos... para las seis de la mañana ya tenia la sopa lista.

Reiko se acerco al doctor que aun dormia en el sofá, lo observo unos instantes dormir pensando nuevamente en ese "te amo" pronunciado al aire en plena noche invernal.

Ella acerco su mano para tocarle el rostro y se detuvo en el camino, en cambio le doy varias palmaditas en el hombro
- Doctor Joo... ¿Sensei?... Kyuhyun Sensei...Estaba profundamente dormido, Reiko se cruzo de brazos colocando una mano en su cuello, gesto que hacía últimamente cuando debía hacer algo que le generaba cierto pudor.

Se acerco lo mas que pudo a su oído y volvió a llamarlo sin usar ningún tipo de honorifico lo que le resultaba realmente cansador ya que ella gustaba de hacerlo. - Kyuhyun... despiértate... debes levantarte.

Reiko seguia insistiendo, incluso en un momento se atrevio a correrle con mucha sutileza un mechon del rostro que le cubria la mirada- Kyu... Acortar su nombre se escucho tan extraño en su voz que se cubrio la boca por la gracia que le causo.

Cuando pensaba tomar otra postura el doctor comenzó a moverse sonriendo y abrir los ojos, ella le regreso la sonrisa y se ruborizó al escuchar esas palabras provenientes de él. - ¿Estas despierto? Sin tiempo a nada más fue arrastrada por ese abrazo, al principio algo sorpresivo para la enfermera pues esta rara vez tenia ese tipo de contacto con las personas, no por que no le gustase, simplemente no estaba acostumbrada.
Sin embargo cerro los ojos y se dejo abrazar, luego apartándose unos centímetros se encontraron viéndose a los ojos.

Reiko pensó "aun sigue dormido" pero este le respondió "robandole" su primer beso. Los primeros segundos pensó en apartarse pero su cuerpo reacciono de la manera contraria aferrándose más a ese momento.

Los latidos de su corazón eran tan fuertes para ella que los sentía en sus oídos, el sabor y el aroma del doctor se había impregnado en ella de una manera indescriptible, tanto que cuando se alejaron aun podía sentirlo.

Algo confundida, acomodo su cabello y sin saber que hacer ni decir solo volvió a conectar su ultima oración.  
-  E.- ¿Esta despierto ahora?. Podría haber dicho mil cosas diferentes, cada frase, cada palabra giraban en su cabeza sin poder tomar una, podría haberle dicho:"Te amo, yo también, siempre te he amado, eres la unica persona que enloquece mi corazón de esa manera"... pero no, tal vez, podría tener otra oportunidad mas adelante.

Las palabras y las reglas que se habia impuesto ella misma se habian esfumado, solo queria sentir y explorar aquel sentimiento que se estaba generando y que, al mismo tiempo, le daba temor.

Una corriente tan suave como cosquillas bajo su vientre era lo que sintió cuando la levanto y acomodo sobre sus piernas, su aroma, sus ojos, su pelo, su voz dentro de su mente que la sorprendió y la hizo sentir vulnerable ante él.

Todo habia desaparecido de la vista de la joven enfermera, la comida, los inquilinos, solo se encontraban ellos dos y ese momento del que no quería escapar.
El deseo de querer sentir su piel era tan poderoso que tímidamente acarició su rostro, su cuello, deslizando su mano hasta su pecho donde podia sentir el corazón del doctor latiendo con fuerza.

Un grito casi imperceptible al oído se escapó de su garganta al ser levantada y puesta en aquella posición por el doctor, la cual podía sentir bajo sus piernas toda la masculinidad del hombre, esto hizo que Reiko se tensionara un poco, mucho más cuando el doctor paso sus manos por debajo de su ropa y sus cálidas manos tocaron su piel.

La joven enfermera intento replicar pero los besos del hombre eran tan intensos y ardientes que se lograba perder en ellos.

Los dedos de su amado rosaban cada cicatriz de su espalda y recuerdos fragmentados de cada una aparecían en mente desvaneciéndose casi al instante con cada caricia.

Reiko temblaba, sabía lo que seguiría si no se detenía allí en ese instante, estaba asustada y al mismo tiempo encendida, no quería que viese su cuerpo lleno de cicatrices, pero deseaba ser tocada por él, su cuerpo y su mente se había encontrado en una nebulosa en la que no sabía qué hacer ni que decir.

Un pequeño embiste accidental decidió el curso, sin embargo la joven sin experiencia no tenía idea de cómo hacerle saber al hombre lo que quería y la vergüenza no la dejaba hablar.
Recordando algo que vio una vez en televisión, totalmente nerviosa y aun temblando comenzó a besar su mejilla y luego su cuello, luego sujeto el rostro del doctor con ambas manos y le dio un suave beso en los labios pero en el momento en que debía decir lo que quería aquellas palabras no querían salir.
Lo que tampoco sabía, era que no eran necesarias para que el doctor  entendiese la situación.

Reiko bajo las escaleras con ropa nueva para poder ducharse, pero el doctor seguia dentro, por lo que decidio sin mas nada que hacer, calentarle la comida que anteriormente habia preparado.

Se acomodo el cabello en una cola y encendio el fuego, La llama le recordó que habia ocurrido hacia menos de diez minutos y ella sonrojada repasaba todo en su cabeza.
Aun no podia creer lo que acababa de suceder, para ella la vida que tenia hasta el momento era suficiente, su trabajo, sus pacientes, su casa... pero el doctor la hacia querer más, la descontrolaba de una manera dulce que la joven no sabia que podia tener.
- Kyu... hyun Dijo en voz baja mientras revolvia el caldo con una cuchara de madera.

Reiko revolvia la comia lentamente pensando cuando sintio los brazos del doctor por detras, cerro los ojos unos instantes para capturar el momento mientras sonreia.

Él le pregunto si la habia lastimado, Reiko pensaba que al principio sintio un pequeño dolor, pero no fue tanto como para herirla, apago la estufa y se giro hacia él y le dio un pequeño beso en los labios.
- Fue muy dulce, sentí que cada caricia curaba una herida.Reiko lo abrazó con timidez y luego recordando la comida le dijo que se sirviera un poco mientras ella se duchaba.

La ducha era una de las pocas cosas que Reiko realmente disfrutaba, cada vez que se duchaba, el agua caliente parecia lavar todo el dolor que ella habia sentido, las cicatrices que tenia iban del cuello hasta la planta de sus pies, pero habia aprendido a vivir con ellas, solo no queria mostrarlas, porque la gente tendia siempre a preguntar y eso era algo que la mente de la joven no podia soportar, habia sepultado esos recuerdos, aunque a veces, algun fragmento salia a flote, un aroma, un sonido, un sabor.

Esa noche, nada de lo que hicieron le recordó, en cambio, al igual que el agua, ella podia sentir como si el rose de sus manos borraran esas marcas. Ella se abrazo sonriendo volviendo a repasar en su mente lo acontecido.

Se seco y vistio, como no tenia pensado salir ese día, creyo que algo [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]serviría. y salió del baño, secandose el cabello. Frenando solo para mirar la escena que tenia en frente.
- Buenos días. En ese instante la joven no supo mas que decir, se acerco a los invitados en el momento en que el doctor le preguntaba si le podia dar detalles de aquello que le habia ocurrido.
Reiko no era doctora, su especialidad era la enfermería, pero como una persona que habia padecido el infierno, no le parecio que la obligasen a hablar, ella coloco una mano en el hombro del doctor- Mejor aun... podrias confirmarnos algo que llevamos pensando toda la noche... ese hombre... ya sabemos de quien hablo, ¿Tiene o tuvo un hermano menor?

Reiko se sento al lado de Kyuhyun mientras Casper le comentaba lo ocurrido la noche anterior, Reiko notó como Casper se tocaba la nuca y una mueca casi imperceptible se veia en su rostro, Reiko se pregunto si el guardian estaba luchando contra algo.

La joven enfermera clavo su mirada en Hang Ah cuando Kyuhyun comentó que efectivamente tenia un hermano menor.
Mientras Kyu buscaba la imagen Reiko trato de apoyarla.- ¿Estas bien?, podemos frenar esto cuando tu lo digas, no tienes que esforzarte Aunque los recuerdos de la joven ya quedaban en Reiko como fragmentos de un sueño que no lograba recordar, esta seguía recordando el dolor y el miedo que la joven terraquia habia padecido y era verdad que no queria causarle más angustia de la que ya tenia.

El doctor mostró la imagen y Reiko mirando la fotografia se hecho hacia atras apretando las manos- Es él. Si ella se sentia de esa manera, no podia imaginar lo que sentía Hang Ah.