Entrada

por **Lu Is Moriati** Sáb 27 Abr 2024, 18:16

Rol solitario - Entrega de la casa "SINCLAER"

Spoiler:

Lu Is Moriati, el meticuloso constructor, pasea una vez más por la casa que pronto dejará atrás. Sus pasos resuenan en los espacios aún vacíos, habitaciones que aguardan las risas y los sueños de sus futuros moradores. Con ojo crítico, examina las juntas de los azulejos, la suavidad de las pinturas, y la solidez de cada puerta que ha colocado. No hay rincón que escape a su evaluación, no hay detalle demasiado pequeño para su estándar de perfección.

En la cocina, se detiene a admirar la luz que se filtra a través de las ventanas, bañando de calidez el mármol de la encimera. Imagina los desayunos en familia, los aromas del café y el pan recién horneado invadiendo el aire. En el salón, visualiza las reuniones, las celebraciones, los momentos de tranquilidad frente a la chimenea.

Al cruzarse con sus empleados, les ofrece una sonrisa y un apretón de manos firme. "Buen trabajo", les dice, y sus palabras son sinceras. Cada uno de ellos ha contribuido con su esfuerzo a este proyecto que ahora concluye. La diseñadora de interiores, con su paleta de colores y texturas, recibe también su reconocimiento. Juntos han creado no solo una casa, sino un hogar.

Al salir al jardín, Lu Is se detiene un instante. El césped recién cortado exuda frescura, y las flores en los parterres añaden pinceladas de color al conjunto. La fachada, imponente pero acogedora, refleja el sol del atardecer, y Lu Is siente esa familiar sensación de satisfacción. Ha cumplido su promesa, ha entregado más que ladrillos y cemento: ha entregado un sueño materializado.

Antes de partir, coloca la llave bajo la roca designada, un escondite que solo el cliente conocerá. Es un acto de confianza, un símbolo de la entrega de su obra. Envía el mensaje final a su cliente, un simple texto que marca el fin de un capítulo y el comienzo de otro.

Con el último vistazo, Lu Is sube a su vehículo, el motor ronronea suavemente y se aleja por la calle. Mientras conduce hacia su propio hogar, reflexiona sobre la alegría que siente al proporcionar a otros el espacio para construir sus vidas. Es más que una profesión; es su pasión, su contribución al mundo, una casa a la vez.

por **Theonius Sinclaer** Dom 28 Abr 2024, 01:48

Theo y Marí llegan a la casa de Theo, una estructura que aún espera ser habitada, su llave escondida bajo una piedra, testimonio de días de ausencia. La semana de Theo ha transcurrido entre el hospital, el sanatorio y su apartamento en la ciudad, recolectando las últimas pertenencias. Al descender del automóvil, se enfrentan a los restos del temporal: árboles caídos que ahora yacen como gigantes dormidos en su camino. Con pasos apresurados, se abren paso hasta la entrada.

La lluvia sigue cayendo, fina pero persistente, y el viento sopla con fuerza, como queriendo recordarles la tormenta que acaban de superar. Theo, con movimientos rápidos y precisos, levanta la piedra y toma la llave, su mano temblorosa no por el frío, sino por que la adrenalina del momento habia abandonado su cuerpo y este comenzaba a reaccionar. Marí lo sigue de cerca, sus ojos recorriendo la fachada de la casa, preguntándose qué historias se escribirán entre esas paredes.

Theo inserta la llave y gira el cerrojo, la puerta se abre con un chirrido que rompe el silencio de la noche. — Pensaba venir hoy después de todo… — dice, casi para sí mismo, mientras observa a Marí entrar. La luz de la entrada ilumina su figura por un instante antes de que Theo cierre la puerta con firmeza, asegurándola contra el viento que amenaza con irrumpir.

Dentro de la casa, el aire es frío y huele a nuevo, a madera y a pintura fresca. Theo se siente un intruso en su propio hogar, la incomodidad se apodera de él mientras se enfrenta a la tarea de convertir ese espacio vacío en un lugar cálido y acogedor. — ¿Quieres tomar… sec- quieres… qué quieres hacer? — balbucea, su voz revelando la incertidumbre de un anfitrión inexperto.

— Por mi parte, creo que me ducharé… estoy lleno de lodo hasta las narices… — confiesa Theo, señalando su ropa hecha jirones por la batalla contra la tormenta. La idea de una ducha caliente le parece un oasis en medio del caos y el desconcierto que era aun para él, ver a Marí convertida en toda una mujer adulta.

— No tengo ropa para ti, pero… puedes utilizar algo mío si es que lo necesitas — ñade, ofreciendo una solución provisional a la falta de comodidades para su acompañante.

Sin más preámbulos, Theo sube las escaleras, sus pasos resonando en la quietud de la casa. Marí se queda sola en el vestíbulo, escuchando el sonido del agua que comienza a correr en algún lugar del piso superior.

por **Mari Ahjell Young** Lun 29 Abr 2024, 03:41

Marí cruza el umbral de la casa de Theo, su mirada recorre cada rincón, cada sombra proyectada por la luz tenue que se filtra a través de las ventanas. Mientras avanza, su mente vaga hacia su botica, ese refugio que ha construido con sus propias manos en una casa abandonada. La preocupación la embarga al pensar en la puerta destrozada, en la posibilidad de que alguien irrumpa o, peor aún, que la tormenta termine de desgarrar lo que queda de su labor de amor y dedicación. La botica, aunque restaurada, sigue siendo un lugar frágil, vulnerable a los caprichos del clima y a los ojos curiosos.

La incomodidad se dibuja en el rostro de Marí al observar a Theo. La esperanza y el asombro se entrelazan en su expresión, marcada por la sorpresa ante la reacción de él. Nunca habría imaginado que Theo se desesperaría hasta el punto de buscarla bajo la tormenta, en el espesor del bosque. Esa muestra de preocupación, ese acto impulsivo, la deja con una sensación de gratitud y una nueva percepción de Theo.

— Entonces… yo iré a preparar algo caliente... — dice Marí, su voz firme pero suave, ofreciendo un gesto de cuidado en medio del caos. Mientras Theo asciende las escaleras, su figura se desvanece poco a poco con cada peldaño que sube, Marí se dirige a la cocina. Sus pasos son decididos, cada uno marcando el inicio de una nueva etapa en esta casa que aún huele a madera y promesas.

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